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domingo, 17 de junio de 2007

La contaminación sonora creció un 70%

El fallo contra la línea 24 no es el primero que dicta la Justicia para frenar los ruidos molestos.

En marzo, el juez en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Capital Federal Guillermo Treacy, ordenó al Gobierno porteño y a la empresa Autopistas Urbanas S.A. colocar paneles acústicos, de más de 2,5 metros de alto, para amortiguar el ruido en algunos puntos críticos de la autopista 25 de Mayo.

El juez respondió a un recurso de amparo presentado en setiembre de 2001 por José Barragán, un vecino que vive en un edificio de Luis Sáenz Peña al 1200, en Monserrat.

La Dirección de Control de Calidad Ambiental de la Ciudad detectó que en tramos de esa autopista el ruido que se detecta es de entre 72 y 86 decibeles. La empresa apeló el fallo.

Según la Organización Mundial de la Salud, el máximo tolerable es de 70 decibeles, el ruido que realiza el tránsito normal. Para poder comparar, vale decir que una charla tiene 50 decibeles; la alarma de un despertador, 80; el camión recolector de basura, 100; y el despegue de un avión alcanza los 120.

Las esquinas más ruidosas de la ciudad superan los 80 decibeles. Por ejemplo, en Corrientes y Callao se producen entre 71 y 82; en Belgrano y Entre Ríos, entre 78 y 81, en Santa Fe y Juan B. Justo, 81; y Juncal y Libertad, 86.

Los especialistas señalan que estos son niveles altos, dado que la exposición a un ruido continuo de 80 decibeles provoca lesiones en el oído. En una discoteca, el ruido es de 110 decibeles,

Según la Asociación Civil Oir Mejor, el tránsito es la principal fuente de ruidos molestos. En unas jornadas técnicas realizadas el año pasado, se informó que desde 1972, año en que se hizo el primer mapa de ruido, la contaminación sonora creció un 70 por ciento. Y se habló de picos de ruido de más de 100 decibeles, detectados en Avenida de Mayo y Lima. La contaminación sonora, indican, sube a la par del aumento del parque automotor.

En diciembre del año pasado el juez Guillermo Tracy decidió quitarle el equipo reproductor de música a un boliche ubicado en Palermo Hollywood, ante la denuncia de un grupo de vecinos.

Pero la sonora no es la única contaminación que sufre la ciudad. El Instituto de Estudios e Investigaciones Ambientales de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales realizó un "mapa de olores", en el que se señala el olor a combustible detectado cerca del Aeroparque, el de los basurales en el área del Riachuelo o el olor nauseabundo de zonas de Mataderos.

Fuente: Clarin


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